Vistas de página en total

domingo, 15 de enero de 2012

Las cartas que nunca te entregué.

Te recuerdo acariciandome las manos y llamándome al amanecer, 
me recuerdo acurrucada a ti, no por frío, si no por el calor que quería sentir. 


Te hecho de menos, y ahora subo el volumen de la música para dejar de escuchar mi llanto, 
permíteme que en estas tardes nostálgicas donde el aire mueve los árboles con fuerza, 
y mi mirada se pierde en esta habitación donde te escuché por primera vez te.. Heche en falta. 


Es necesidad la de mi alma el volver a visualizar tu imagen una vez más, por eso vago entre recuerdos rotos
y secretos inconfesables.
Al recordar momentos contigo veo tu mirada, las lágrimas la nublan pero al menos te he visto una vez "MÁS!"...




Es irónica melancolía. Si se trata de mi debería ser diferente.. ¿Recuerdas?
Tu rostro de tez dulce, tu aroma, tus ojos, tu mirada profunda y perdida, tu imagen preciosa, besos sinceros, 
abrazos fuertes. 


Es de idiotas seguir amando algo que vino de la nada y se esfumó sin mayor reclamo. Pero soy idiota, idiota y valiente a la vez, porque es de cobardes no recordar lo que una vez te hizo feliz, de cobardes sin metas. 
Pero pienso y me excuso diciendo que sin derrota por nada se lucharía, y tengo todo el derecho a luchar por lo que quiero. 


Dejame acabar de dibujar mi frase favorita en tu boca, lentamente y con cuidado quiero que sientes la carretera perfecta en tus labios. 


Gritaría al mundo que mi alma necesita de ese visitante que un día la pisó. El que no inventaba, solo creaba versos precisos en los momentos determinados, exactos y concisos. Ese dulce tan súmamente ácido que lo hacía tan especial, el que me dibujaba sonrisas con el lápiz de la ilusión. 


El actor que me hacía ser quien deseara, y escribir la mejor historia del mundo, me hacía ver que la vida es un
teatro en el que el formaba parte a mi lado. 
Ahora solo te puedo pedir un sencillo pero sincero perdón, si perdón.. Por no haberte podido transmitir con la verdadera intensidad lo que aún siento. 
Y entre lágrimas y algún que otro suspirote digo que del mismo miedo que tenía a perderte, hizo que inicieras
tu partida  al escondite. Si algún día decides salir.. Solo basta con contar hasta 10, tragarte el pasado y apareceré, sin necesidad de reclamos en silencios absolutos. 
Firmado: "Una flor sin rumbo en un jardín de capullos!" 

No hay comentarios:

Publicar un comentario