Ya no sé si juegas a ser un reloj. 
No sé si tus pasos lo marcan las agujas inquietas impacientes por adelantar los momentos por vivir. 
Déjame descubrir que es lo que de verdad hay dentro de tí, no eres el dueño del tiempo ni de mis actos. 
Déjame caminar junto a ti, y no enfrente, viendote cogido de la mano con otra sombra que no sea la mía.
Déjame.. Caer a tus pies, y levantarme por tus manos. 
Enséñame que es lo que sientes.. Tus palabras son el oxígeno que me da la vida.
Si callas, me matas, si hablas y callas.. Me hieres, si.. Por una vez me regalaras los sentimientos convertidos en monosílabos con sentimiento, rozaría de nuevo felicidad. 
Demuéstrame otra vez.. Que lo que a veces dejas caer, sale a flote, aunque a veces caiga en el fondo más profundo de mis lágrimas evaporadas, volando hacia el cielo, con la magia del recuerdo de ese momento y con la tristeza de caminar sin tu sombra detrás.